Diceópolis, como tantos otros campesinos, se ha refugiado en Atenas, huyendo de la larga guerra del Peloponeso. Harto de la incompetencia de los políticos y de lo que la guerra le supone, Diceópolis pacta con Esparta, la potencia enemiga, una tregua de treinta años que sólo le incluye a él. Pero los acarnienses, habitantes de Acarnes, donde se ha refugiado Diceópolis, envidiosos de su tregua, atacan al refugiado. Diceópolis decide acudir a Atenas para pedir justicia a los atenienses, los cuales tienen fama de apoyar siempre al más pobre y miserable. Una vez en Atenas, se encuentra con Eurípides que le regala las ropas de los héroes más pobres de sus tragedias y es así como, entre vestimenta y oratoria, convence a los atenienses para que le apoyen. Diceópolis consigue vivir en paz y prosperidad mientras el resto de Grecia sufre las consecuencias de la guerra.
Como antagonista de Diceópolis aparece Lámaco, un soldado fanfarrón al que la guerra dejará muy mal parado, mientras que Diceópolis gozará de las riquezas y de la paz. Diceópolis vendría a significar en griego "el que hace justicia a la ciudad". Cabría mencionar la visita que hace Diceópolis al dramaturgo Eurípides para pedirle prendas andrajosas. Ante todo, la obra es una demanda de Aristófanes contra la guerra con Esparta que tanto daño está haciendo a Grecia. El dramaturgo entiende que esta petición de paz puede ser entendida como antipatriótica, pero en la obra Diceópolis representa su propia palabra y consigue imponerla gracias a su absurda pero fascinante acción que esconde una seria crítica y un mensaje pacifista.

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